Es la educación en Finlandia un modelo que asombra a todo el mundo.
El sistema educativo finlandés está considerado uno de los mejores del mundo, especialmente por sus buenos resultados en los Informes Pisa, la evaluación que realiza la OCDE cada tres años. ¿A qué se debe? Te explicamos algunas características esenciales de la educación Finlandia que pueden contribuir a explicar su éxito y servirnos para reflexionar sobre nuestro propio sistema de enseñanza.
- Los maestros son profesionales valorados. La educación en Finlandia es una profesión de mucho prestigio y los docentes tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales.
- La educación en Finlandia es gratuita y, por lo tanto, accesible a toda la sociedad. El sistema educativo público finlandés establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Los materiales educativos como los libros son gratuitos para facilitar a toda la población el alcance a la educación, además todos los niños reciben gratuitamente una comida caliente al día en la escuela. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.
- El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros educativos. Hay una base de subsidio común para toda la población finlandés pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor primordial y esencial.
- El currículo es común pero los centros educativos se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.
- La educación en Finlandia se personaliza. Desde los primeros cursos se participa para ayudar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades se incrementen con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta mucho el ritmo de aprendizaje de cada niño y se evitan las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde el primer año escolar (7 años) hasta el sexto grado (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.
- Los alumnos tienen tiempo para realizar muchas actividades fuera del horario escolar. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan su aprendizaje escolar hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas escolares son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.
- Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los docentes no imparten muchas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el salón de clases es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros maestros.
- Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta quinto curso (11 años de edad) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.
- Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, existen muchos profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.
- Los padres se implican. La sociedad y las familias finlandeses consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos.